Por: Ana Katherine Toro Salamanca
Como todo habitante de la calle, activa su mecanismo de alerta frente a la presencia de cualquier automotor, no tiene ojos, ni oídos, y sin embargo controla con exactitud la marcha de los vehículos y peatones. El semáforo, el inquilino perenne de las vías bumanguesas desde hace ya treinta años, evoluciona y se adapta a las necesidades de la ciudad.
Con un modernizado sistema Siemens que incluye, 173 intersecciones, una oficina central que controla la red, equipada con 110 reguladores periféricos y locales, y más de 1000 postes entre peatonales y vehiculares, la estructura de semaforización de Bucaramanga se convirtió en una de las mejores organizadas y más funcionales del país.
Años atrás, cuando fueron instaladas las primeras cinco intersecciones semaforizadas, la ciudad comenzó a advertir el cambio, el aumento poblacional y el crecimiento de la industria son indicadores relevantes; dejó de ser ‘un pueblo con semáforos’, para convertirse en una de las ciudades más fuertes en el manejo del sistema. Jorge Alberto Pérez, Asesor de Planeación Vial, asegura que el progreso de la ciudad es ‘incontenible’, “estamos atravesando por un momento favorable, gracias al plan de contingencia del sistema integrado de transporte masivo (metrolínea), hemos podido renovar todos los elementos que permiten el funcionamiento normal de la red, que van desde ductería, postes y semáforos, hasta tecnología de punta para control”.
La cobertura del sistema es de aproximadamente el 98%, y los índices de funcionamiento y gestión arrojan un 99% de utilidad en los equipos gracias al mantenimiento correctivo y preventivo por parte de personal capacitado de la Dirección de Tránsito y Transporte.
A pesar de que podría catalogarse como la estructura idónea en cuanto a semaforización respecta, hay un elemento fundamental que lo impide, el desconocimiento de normas elementales de tránsito por parte del usuario de la malla vial. “El ignorar un signo mundialmente conocido y evidente como el semáforo, es un claro señalamiento de la falta de instrucción de algunos transeúntes”, señaló Henri Mancilla, conductor de automóvil desde hace veinte años.
La utilización de este artefacto electrónico, que se maneja a través de señales luminosas de colores es sencilla, pero en diversos casos omitida. Las causas más frecuentes según estadísticas de la Dirección de Tránsito y Transporte de Bucaramanga, D.T. son, conducir en estado de beodez, exceder los límites de velocidad e invadir el carril contrario; las infracciones más frecuentes se presentan en las horas señaladas como pico, de 7:00 a.m. -8:00 a.m., 12:00p.m.-2:00p.m.,6:00p.m.-7:00p.m., los días hábiles, y en horas de la madrugada los fines de semana.
Las sanciones para quienes infrinjan la ley, están consignadas en el código nacional de tránsito, ley 769 de 2002 y oscilan entre uno y cuatro salarios mínimos legales vigentes.
Varios usuarios de la malla vial bumanguesa entre ellos Evangelina Ordóñez y Alexander Calderón, coincidieron en que vale más un organismo de control que se enfoque hacia lo educativo que hacia lo restrictivo. ‘hacen falta campañas para educar a la gente, a cerca de la importancia de las normas de tránsito y de circulación por la ciudad’.
No sobra saber que…
SEÑALES LUMÍNICAS
ROJA: Pare, sin excepción.
AMARILLA: Prevención, alistar la marcha.
VERDE: Iniciar la marcha.
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